Esta vivienda era un mono-ambiente a estrenar en un edificio de Olivos.
La premisa: ambientarlo para alquiler temporario, aprovechando al máximo el espacio.
Cuando el uso es tan específico hay ciertos factores que hay que tener en cuenta, como la durabilidad y la practicidad de limpieza.
(Son premisas muy similares a casas donde viven niños o mascotas, así que a tener en cuenta también en esos casos, las soluciones que implementé en este espacio.)
El ambiente tenía una particularidad, había una especie de nicho que abarcaba de pared a pared, la altura era acotada.
El dueño intuyó el potencial de ese nicho, pero no tenía ni idea de que hacer allí. ¿Cómo aprovecharlo? Me dijo: es para alquiler temporario, no quiero convertir el nicho en una baulera gigante porque sería un despropósito.
Otros requerimientos que me pidió que considerara fueron, la sustentabilidad y el cuidado en los costos.
Como sucede con los deptos. de un solo ambiente, siempre hay que “ceder una funcionalidad” para poder colocar la cama… o te quedas sin living, o sin comedor, o con poco guardado…
Analizando los planos y el espacio advertí que podíamos tenerlo todo! Utilizaría ese gran hueco en la pared para ampliar el departamento generando un seudo ambiente más.
Así surgió la idea de colocar un dormitorio poco convencional en el nicho. Diseñe en una mitad, un mueble especial que contenía placard, vajillero, y mesa de luz (todo en melamina símil cemento). En la otra mitad un enorme colchón a modo de cama.
El desafío era entonces darle un aire canchero, ¡que tenga onda!
El perfil del usuario estaba bien definido: alquiler temporario para hombre soltero o separado. Debía tener un aire sutilmente masculino.
Me incliné por un estilo moderno, despojado y ecléctico. Con una base de colores neutros (para todos los gustos) muebles livianos, reciclados.
Objetos como la rocola (transformada en bar) y el espejo repartido (puerta rescatada de demolición) le dieron el carácter que buscábamos.
Para Los colchones que quedarían a la vista, integrados como parte del living, opté por fundas de túsor oscuro súper lavable.
El sillón de cuerina (se hace cama para recibir alguna visita), fácil de limpiar al igual que la mesita de vidrio (reciclada). Las butacas nórdicas de lino tratado, color gris, y sillas extra cómodas, de diseño moderno, livianas, de PVC color gris, híper durables.
Todo el frente del placard de espejo fue decisivo para dar sensación de amplitud y luminosidad.
La barra desayunador de madera, butacas y detalles con reminiscencias retro, y las luces de led hicieron el resto.
